Por: Francisco Mena
Yo apoyo los valores bíblicos. Apoyo aquellos que realmente la Biblia acentúa como importantes, que se repiten una y otra vez, que insisten en la boca de sabios y profetas. Estos valores, olvidados, perdidos, secuestrados, ocultados con mala maña, están en Isaìas, casi en cada página. Este fragmento del libro de Isaías, es lo que falta a una lectura muy particular que circula en los medios de comunicación sobre Isaías 33.22. Quien lee el texto bíblico en ese video ha olvidado lo fundamental: la justicia de Dios a favor de los pobres y oprimidos:
Isaìas 1:11 “¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de grasa de animales gordos; no quiero sangre de bueyes ni de ovejas ni de machos cabríos. 12 ¿Quién pide esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para pisotear mis atrios? 13 No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación. Luna nueva, sábado y el convocar asambleas, no lo puedo sufrir. ¡Son iniquidad vuestras fiestas solemnes! 14 Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes; me son gravosas y cansado estoy de soportarlas. 15 Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos. 16 Lavaos y limpiaos, quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos, dejad de hacer lo malo, 17 aprended a hacer el bien, buscad el derecho, socorred al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda… 21 ¿Cómo te has convertido en ramera, tú, la ciudad fiel? Llena estuvo de justicia, en ella habitó la equidad, ¡pero ahora la habitan los homicidas! 22 Tu plata se ha convertido en escorias, tu vino está mezclado con agua. 23 Tus gobernantes son rebeldes y cómplices de ladrones. Todos aman el soborno y van tras las recompensas; no hacen justicia al huérfano ni llega a ellos la causa de la viuda. 24 Por tanto, dice el Señor, Jehová de los ejércitos, el Fuerte de Israel: “¡Basta ya! ¡Tomaré satisfacción de mis enemigos, me vengaré de mis adversarios! 25 Volveré mi mano contra ti, limpiaré hasta con lejía tus escorias y quitaré toda tu impureza. 26 Haré que tus jueces sean como al principio, y tus consejeros como eran antes; entonces te llamarán “Ciudad de justicia”, “Ciudad fiel”. 27 Sión será rescatada con el derecho y los convertidos de ella con la justicia… 2:4 Él juzgará entre las naciones y reprenderá a muchos pueblos. Convertirán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación ni se adiestrarán más para la guerra. 5 Venid, casa de Jacob, y caminaremos a la luz de Jehová.
Si leemos este pasaje, pueden hacerlo en sus Biblias (aquí cito la Reina Valera 1995), Es más que obvio que se oponen dos cosas fundamentales: el culto o las celebraciones en favor de Dios y las prácticas sociales. Estas celebraciones no tienen valor para Dios en este texto de Isaías si las prácticas sociales se aparten del cuidados de los pobres o si lo que prima en la clase dirigente es el soborno y la injusticia social. Recordemos que muy a pesar de lo que se pueda decir, en aquellos tiempos no habían instituciones como el Poder Judicial, o el Poder Legislativo, o el Poder Ejecutivo, todo estaba bajo la mano del Rey y el Rey debía obedecer a Dios, es decir, debía actuar con justicia hacia los oprimidos y los pobres (viudas y huérfanos). Los que gobiernan a Judá son llamados rebeldes y cómplices de ladrones, aman el soborno y van tras las recompensas, no hacen justicia al huérfano ni asumen seriamente la causa de las viudas. Estas prácticas sociales son las que Dios aborrece y por las que les destruirá. También muy a pesar de lo que hemos oído aquello que se espera en el futuro, luego de la destrucción de Judá y de Jerusalén es la destrucción de todas las armas de guerra y su transformación en instrumentos de labranza.
Como hace unos días, escribo esto muy a mi pesar debido a que no puedo dar las pruebas del análisis aquí. Pero, al buen entendedor, pocas palabras. Primero la justicia y la equidad, luego todo lo demás.
Sobre el autor: Dr. Francisco Alonso Oreamuno. Académico EECR-UNA. Costa Rica. Email: fcomena@yahoo.com